Folklore Selvático
Existe un folklore que se practica en las ciudades de la selva y otro es en el campo por las tribus dentro de la extensa zona geográfica.
Sus cantos y ritmos son característicos, libres e irregulare, tratando de imitar el canto de las aves y otras veces sus melodías son breves de ritmos muy regular y monótonos. Sus principales formas son:
a. Danzas mestizas: Tangarana y Changanacuy (San Martín) Chimaiche, Sitarakuy
b. Danzas Nativas: Carachupas (Amazonas), del Masato (Cajamarca), Estampas de la vida del hombre dominado por la naturaleza, Pista (Sepahua-Uchayali)
Los Carapachos
A inmediaciones del Río Monzón y Pucará al noreste de Tingo María está ubicado el distrito de Monzón en donde habitaron la Tribu de los Carapachos asentados por varios siglos, quienes protegieron y defendieron la soberanía de la Amazonía y el emporio de sus tierras, como la flora y la fauna. Carapachos quiere decir desnudos, sólo vestían con hojas secas de bombonaje, pieles y plumas silvestres (aves tropicales). Adoraban al sol, la luna y se dedicaban a la acción guerrera defendiendo su territorio. Los jóvenes eran adiestrados y purificados, luego se internaban en la Selva durante muchos días y meses y los que salían con vida eran nombrados inmortales. Representa las costumbres que tenían las tribus de los Carapachos, antes y después de la cacería.
Los Tulumayos.
Se asentaron en las márgenes de los ríos Topa y Tulumayo, quienes realizaban fogatas por el frío, bailando alrededor de ella en ceremonias y ritos que significaban para los más jóvenes, el paso de la edad adulta. Se cuenta que un joven en las vísperas de la fiesta de San Juan, se acostó en la pampa y a medianoche descubrió que alguien había prendido fuego en su chacra, por lo que corrió a apagarlo, pero no percibía olor a humo, parecía que alguien había prendido fuego para calentarse. Así que como un tigre se deslizó y encontró gente reunida con ropa de paja que danzaban alrededor de la fogata. Atónito vio que la gente gozaba, comía y bebía. Fue tanta la sorpresa que decidió acercarse y la danza se paralizó, y todos miraban al intruso, por que jamás habían visto persona alguna por esos lares. Empezaron a conversar entre ellos, pero el joven no entendía nada. Un anciano le convidó su comida e invitaron a la fiesta. Había también, un niño que comprendía al joven y le dijo, "tu no eres de esta época, por que no usas ropa como nosotros, y tampoco hablas nuestra lengua", El joven asombrado lo escuchaba. "Yo se que vives en otra época, el dios fuego nos habló de tí y nos dijo que tu sacarías nuestra historia del anonimato" - le dijo el niño-. Pero quién te enseñó a hablar en mi idioma, le dijo el joven, bueno no entenderías, le dijo el niño. Al llegar las 4 de la mañana, dijo:"tenemos que irnos la fiesta terminó, y se empezó a alejar, el joven gritó, "y como se llaman", y una voz dijo: "somos los Tulumayos". Al día siguiente el joven regresó al lugar y encontró armas y juró jamás pisar esa tierra; y es así que ya no quiso tener otras aventuras, y siempre esperaba que aparecieran los Tulumayos. En Aucayacu, existe un pueblo del mismo nombre, y por su ribera pasa el río Tulumayo.
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